Resumen y Ficha Informativa: Análisis Socioeconómico y Potenciales Productivos en la zona de Puerto Parada
Puerto Parada es una de las regiones más pobres de El Salvador, con un mercado laboral mayoritariamente informal basado en la agricultura y la pesca artesanal. Ubicado en la Bahía de Jiquilisco, el acceso a la educación y los servicios públicos es limitado, lo que lleva a muchos jóvenes a buscar trabajo en centros urbanos y en el extranjero. La situación socioeconómica de las comunidades de Puerto Parada es evidente para sus residentes, sin embargo, los datos cuantitativos y cualitativos de la zona han sido limitados. Para abordar estas deficiencias, un equipo de estudiantes investigadores de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) realizó un análisis socioeconómico pionero en Puerto Parada.
“El informe constituye un aporte académico de alto valor para la comprensión del desarrollo local en contextos rurales costeros de El Salvador. Su importancia radica en haber generado un diagnóstico integral que combina dimensiones económicas, sociales y ambientales, evidenciando las condiciones de vulnerabilidad estructural que enfrentan los habitantes de Puerto Parada, así como las oportunidades que emergen de sus recursos naturales, culturales y organizativos,” dijo la profesora Meraris López, del Departamento de Negocios y Economía de la UCA
“En términos de impacto, este trabajo ofrece una base empírica y analítica para orientar intervenciones futuras desde un enfoque de desarrollo endógeno y sostenibilidad, fortaleciendo la capacidad de planificación local, la gestión comunitaria y la articulación entre economía, sociedad y medio ambiente.”
El informe, una tesis de grado dirigida por López, examina las dinámicas económicas, sociales y ambientales que configuran el desarrollo en Puerto Parada. Desde un marco de desarrollo sostenible identifica las barreras al crecimiento, evalúa el potencial productivo y propone estrategias locales para un desarrollo inclusivo y resiliente al clima.
El estudio investigó cómo la pobreza estructural, el acceso limitado a la educación y la degradación ambiental se intersectan para limitar el desarrollo. Los investigadores combinaron los datos cuantitativos disponibles con evidencia cualitativa, obtenida mediante visitas de campo y grupos focales con miembros de la comunidad, en colaboración con la Asociación Cincahuite y la Alianza Bahía de Jiquilisco.
Este estudio, realizado por estudiantes de economía de la UCA, se ejecutó junto con un análisis de los impactos del clima en la seguridad alimentaria de Puerto Parada. Ambas tesis de grado se llevaron a cabo como parte del desarrollo del primer Proyecto de Mejoramiento Pesquero de El Salvador, a cargo de la Asociación Cincahuite y la Alianza Bahía de Jiquilisco; cuya misión es apoyar a los residentes de Puerto Parada para que alcancen sus objetivos comunitarios de sostenibilidad ecológica y empoderamiento económico.
Hallazgos económicos
Más del 60 por ciento del empleo en Puerto Parada es informal, dominado por la pesca artesanal, la agricultura a pequeña escala y la ganadería, con una diversificación limitada, lo que deja a la mayoría de las familias sin protección social. Los niveles de ingresos promedio están muy por debajo de los promedios rurales nacionales, y muchos hogares dependen de las remesas, que sustentan el consumo, pero no la productividad a largo plazo. A pesar de que el turismo muestra potencial, se ve obstaculizado por la deficiente infraestructura y la vulnerabilidad climática.
Condiciones sociales
En la región de Puerto Parada los niveles de educación escolar son bajos (un promedio de 6,6 años de escolaridad y un 14 por ciento de analfabetismo), lo que limita la empleabilidad y la innovación en la zona. Las mujeres y los jóvenes se enfrentan a una exclusión sistémica de la toma de decisiones y del empleo formal, mientras que las deficiencias en infraestructura de agua, saneamiento, energía y servicios de salud refuerzan los ciclos de pobreza y desigualdad social.
Desafíos ambientales
Puerto Parada está altamente expuesto a eventos climáticos como inundaciones y huracanes. La deforestación, la degradación de los manglares y la contaminación del agua han reducido la resiliencia de los ecosistemas como también la productividad local. Eventos climáticos extremos como las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal (2020) causaron importantes pérdidas de cultivos y activos unidos a la sobrepesca y la disminución de la biodiversidad que amenazan tanto la seguridad alimentaria como los medios de vida.
Contexto de gobernanza y políticas
Las políticas públicas siguen fragmentadas y las instituciones locales carecen de capacidad técnica y financiera. Sin embargo, las organizaciones comunitarias, en particular cooperativas como la Asociación Cincahuite, desempeñan un papel crucial en la gestión y la defensa del medio ambiente. El estudio enfatiza que el desarrollo endógeno y comunitario ofrece la vía más viable para avanzar, aprovechando el conocimiento local, el capital social y los recursos naturales.
Conclusiones y recomendaciones
El informe concluye que el subdesarrollo de Puerto Parada se deriva de una combinación entre la fragilidad económica, la exclusión social y la degradación ecológica. Para fomentar la resiliencia y la equidad, los autores recomiendan:
Promocionar prácticas pesqueras agroecológicas y sostenibles.
Fortalecer la educación, la capacitación técnica y la participación de las mujeres.
Invertir en infraestructura básica familiar y adaptación climática.
Fomentar la gobernanza multinivel y la colaboración coordinada entre ONG y gobiernos.
Al alinear las oportunidades económicas con la restauración ecológica y la inclusión social, Puerto Parada puede hacer la transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, liderado por la comunidad y arraigado en su identidad costera única.
Ficha informativa: Análisis socioeconómico y potencial productivo de Puerto Parada
1. Contexto geográfico y demográfico
Ubicación: Puerto Parada, zona costera del municipio de Usulután, parte de la Reserva de la Biosfera Xiriualtique-Jiquilisco por la UNESCO.
Población: Aproximadamente 2.500 habitantes, distribuidos en varias aldeas cerca de ecosistemas de manglares y estuarios.
Entorno ambiental: Terreno bajo con bosque manglar, expuesto a frecuentes inundaciones y erosión costera.
2. Indicadores económicos
Principales actividades económicas: Pesca artesanal, agricultura en pequeña escala, ganadería y turismo estacional.
Tipo de empleo: Aproximadamente el 60% de los empleos están en el sector informal, careciendo de protección social.
Ingresos promedio: Se estima que el ingreso mensual promedio de los hogares es inferior al promedio nacional rural; las familias de pescadores ganan $4.00-$6.00 USD por día dependiendo de temporada y captura.
Ingresos de la cooperativa: Cooperativas pesqueras locales ganan aproximadamente entre $4,000 y $6,000 USD por mes durante la temporada alta.
Dependencia de las remesas: Alrededor del 40 por ciento de los hogares reciben remesas como fuente principal de ingresos.
Potencial turístico:Identificado como un sector emergente; la infraestructura limitada impide la expansión.
3. Educación y capital humano
Escolaridad media: 6,6 años por persona.
Tasa de analfabetismo: 14,4 por ciento de la población adulta.
Abandono escolar: 28 por ciento en educación secundaria; menos del 5 por ciento cursa educación técnica o superior.
Enlace formación y empleo: La formación profesional limitada restringe la transición al empleo formal.
4. Indicadores sociales y de infraestructura
Acceso al agua potable: El 60 por ciento de los hogares dependen de pozos comunales o de agua de lluvia; se informa de contaminación durante las inundaciones.
Acceso a la energía: El 75 por ciento de los hogares están conectados a la red eléctrica; los cortes de suministro eléctrico son habituales.
Gestión de residuos: No existe un sistema formal de recolección de residuos; los residuos suelen quemarse o arrojarse en los manglares.
Acceso a la salud: La clínica más cercana se encuentra a 10 kilómetros de distancia y los costos de transporte limitan el acceso.
5. Indicadores ambientales
Deforestación: Pérdida de la cobertura de manglares debido a la tala ilegal y la expansión de la cría de camarones.
Contaminación del agua: La escorrentía y el saneamiento deficiente han provocado altos niveles de coliformes en los pozos locales.
Eventos climáticos: Las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal (2020) afectaron a 497 familias, destruyendo viviendas y cultivos.
Frecuencia de inundaciones: Un promedio de cinco grandes inundaciones por década. Pérdidas económicas estimadas en más de $1.2 millones USD en los últimos diez años.
Disminución de las poblaciones de peces: Reducción del 35% en la captura por unidad de esfuerzo (CPUE) de especies clave entre 2012 y 2023.
6. Gobernanza e indicadores institucionales
Organizaciones comunitarias:Tres cooperativas pesqueras, dos ADESCO y un comité de turismo local que representan al 40% de la población adulta.
Participación de las ONG: Asociación Cincahuite y Asociación Mangle facilitan proyectos en pesca, restauración de manglares y empoderamiento de las mujeres.
Brechas de coordinación gubernamental: 12 intervenciones de desarrollo separadas identificadas con una coordinación interinstitucional débil.
7. Desafíos y recomendaciones para el desarrollo
Desafíos: Nivel de pobreza alto, dependencia de economía informal, deforestación, falta de infraestructura y gobernanza fragmentada.
Recomendaciones:
Promover la producción agroecológica y prácticas pesqueras sostenibles.
Invertir en educación y capacitación técnica.
Fortalecer la gobernanza local y la adaptación basada en las necesidades de la comunidad.
Mejorar los servicios básicos y la infraestructura de resiliencia ante desastres.
Fomentar la coordinación entre el gobierno, la academia y la industria (modelo de Triple Hélice).